lunes, 4 de agosto de 2014

Entrada al Ministerio de Magia

Sí, tengo una entrada al Ministerio de Magia en mi piso. En Madrid son muy tradicionales. 

Me ha dado pena no sacarle una foto porque en esta semana van a reformar los dos cuartos de baño. Y dirás, ¿cómo van a hacer para vivir en un piso sin baño? Pues no lo vamos a hacer. Haremos una mini-mudanza temporal a otro piso. La agencia nos ha ofrecido uno para las tres (mi compi B.V. y nuestra colega americana A. [por cierto no te he hablado de ella, un día te cuento]) y en nuestra zona, Islas Filipinas, que ya es decir. Sólo será hasta el fin de semana. Los obreros llegaron hoy a las 8,30 de la mañana y empezaron a trabajar de inmediato. Les deseo buena suerte tirando tabiques y cambiando la bañera, jajaja, hay mucho que hacer. Por nuestra parte empaquetamos un poco de todo: de ropa, de comida y de apuntes y emprendimos la marcha con ayuda de nuestra casera M., que es maravillosa. Pronto les contaré cómo fue todo en el nuevo piso, nuestra sorpresa a la llegada y más... 


¡Adiós baños viejos!     

sábado, 2 de agosto de 2014

Una hora más, se nota

Parece una tontería pero se nota. Yo lo noto. 
C/Postas, Madrid
¿Sabes cómo? Con la programación de la tele. Ya me voy dando cuenta de lo que es el prime-time, que las pelis y las series empiezan a las 10 pm cuando has terminado de cenar y que la gente en Madrid duerme menos. Dirás con esto que los días parecen más largos pero para mí, la sensación es todo lo contrario. 

Por las mañanas es algo automático. Me despierto, me preparo el café, recojo cosillas en la cocina, desayuno, me aseo, hago la cama, enciendo el portátil y me pongo al día. Miro lo que tengo que estudiar ese día y me pongo a ello. Estudio y las horas se me pasan volando hasta el momento de comer. Muchas veces tengo la comida preparada y sólo hay que calentarla en el microondas (no es nada nuevo que los estudiantes que vivimos fuera de casa sobrevivimos a base de "tapers"). Otros, improviso qué comer o me busco algún antojo que regocije mi corazón. Justo al acabar, descanso un momento mientras vemos un programa de un veterinario australiano (que está para mojar pan) y enseguida me pongo de nuevo con los manuales hasta que acabo, unas cuantas horas más tarde, o el temario acabe conmigo más bien

Lo que hago al terminar de estudiar depende mucho del día de la semana y mi estado de ánimo. Si estoy motivada/estresada/cabreada salgo a dar una vuelta al parque y hacer algo de ejercicio. Los fines de semana B.V. y yo salimos o pedimos la cena y vemos una peli. Los días que estoy muerta me dejo caer en el sillón y... ¡adiós mundo! La cuestión es que, cuando por fin puedo descansar ya son las 11 de la noche.

En la academia nos dijeron que durmiéramos 8 hrs, estudiáramos 8 hrs y desconectáramos 8 hrs. Francamente, no sé a dónde co** se van esas 8 horas de descanso porque yo, no las veo y cocinando tampoco me entretengo tanto. En definitiva, los días me parecen más cortos y en consecuencia, tengo la sensación de que llevo en Madrid el doble de tiempo que realmente he estado aquí. El MIR se acerca. Miedito...   

lunes, 28 de julio de 2014

Madrid, paso tras paso

Museo del Traje, Madrid


La mejor manera para descubrir una ciudad es caminando. A mí me encanta. Cuando quiero avanzar un buen trecho viajo en metro y el resto, lo veo en movimiento, con las manos en los bolsillos y todos mis sentidos puestos en marcha. Sobre todo el de la orientación. Me gustan especialmente el verde de los árboles y el azul del mar aunque muchas veces aquí es la dura piedra la que agarra mis pasos. El asfalto no me da miedo; ni cruzar a destiempo. Una vez he trazado mi ruta no miro mucho los mapas. Prefiero ir de aventurera y, si me pierdo, no hacerme la nueva sino fingir que quería llegar exactamente a ese lugar desconocido. De esta manera creo que andando puedo alcanzar cualquier lugar. Ningún sitio es demasiado lejos; ninguna meta, imposible.  

viernes, 25 de julio de 2014

Mi gozo en una cafetera


Un imprescindible en mi maleta de ida a Madrid fue este. Cuando tengo previsto irme de viaje y pasar más de dos semanas fuera de casa me llevo conmigo mi cafetera amarilla. No soy fan del café de máquina. Ni soluble. Ni frío. Ni aguado. Menos aún de esos que últimamente se han puesto tanto de moda y se han globalizado hasta el punto de que es casi imposible salir a dar una vuelta y no volver con un café en las manos. Eso sí, súper-largo (de agua) y extra-corto (de café).

No hay nada como el olor a café recién hecho por las mañanas; (y no lo cambiaría por el de máquina aunque sí que me gusta darme un capricho con alguna cápsula especial de Nespresso de vez en cuando). Creo que esto puede ser más por sus propiedad olfativas que por el propio sabor del café. Me trae recuerdos de cuando era pequeña y me despertaba al escuchar a mi madre prepararando el café en la cocina y hablando con mi padre. Esta cafetera amarilla es la prueba de que se puede viajar y sentirse como en casa. Ahora cada vez que la cojo pienso en los lugares a donde me la he llevado y las historias que te podría contar sobre ella.

lunes, 21 de julio de 2014

From London to Madrid

Madrid no se parece en nada a Londres. Ya lo sospechaba pero este finde de pateo por sus calles he terminado de convencerme. Claro que nadie me había comparado estas dos ciudades; lo que ocurre es que Londres es mi único precedente de capital Europea. Y esto es precisamente lo único que tienen en común porque de resto, se parecen los mismo que una castaña se parece a un huevo. Nada.

Para empezar, los edificios son muy diferentes. Los madrileños son lo que se dice castizos, de tejaditos, balcones con persianas antiguas o llenos de flores. Al pasar cerca de algún patio interior o viviendo en él, como es mi caso, se entiende el origen del radio-patio (se oye TODO) y la gente, aún sabiéndolo no baja el volumen, ¿para qué? Si todos nos vamos a enterar igual de que mañana se espera ola de calor y la factura del gas ha subido estrepitosamente.

Ayer mientras caminaba por la calle, un señor se asomó a su balcón y se puso a cantar 'Amore mio' a mí y al barrendero que estaba por allí. Sin duda esto no pasaría en Londres ni después de salir del pub más animado del Covent Garden.

La gente va muy bien vestida, eso sí. Me refiero al nivel: hombres con chaqueta y corbata caminando con 35ºC por la sombra. Olé ellos. En Londres ayudaba que la temperatura no pasara de los 20ºC ni en Agosto y lloviera con bastante frecuencia. Mi duda es, ¿qué medio de transporte es el preferido? Porque en Londres está claro que, ya sea en traje o con chupa de cuero, todos se mueven indudablemente en Underground. Aquí me da la sensación de que la gente prefiere la guagua (el bus), aunque sea por el hecho de ir viendo el paisaje, antes que meterse en los farragosos túneles del metro.


C/Vallehermoso, Madrid

domingo, 20 de julio de 2014

De flor en flor

Madrid tiene lugares mágicos, como la Rosaleda y el Parque del Oeste. Visitas obligadas. Los domingos son días de evasión mental. El mejor marco para eso son las rosas, calles ruidosas y bocadillos de calamares.