lunes, 28 de julio de 2014

Madrid, paso tras paso

Museo del Traje, Madrid


La mejor manera para descubrir una ciudad es caminando. A mí me encanta. Cuando quiero avanzar un buen trecho viajo en metro y el resto, lo veo en movimiento, con las manos en los bolsillos y todos mis sentidos puestos en marcha. Sobre todo el de la orientación. Me gustan especialmente el verde de los árboles y el azul del mar aunque muchas veces aquí es la dura piedra la que agarra mis pasos. El asfalto no me da miedo; ni cruzar a destiempo. Una vez he trazado mi ruta no miro mucho los mapas. Prefiero ir de aventurera y, si me pierdo, no hacerme la nueva sino fingir que quería llegar exactamente a ese lugar desconocido. De esta manera creo que andando puedo alcanzar cualquier lugar. Ningún sitio es demasiado lejos; ninguna meta, imposible.  

viernes, 25 de julio de 2014

Mi gozo en una cafetera


Un imprescindible en mi maleta de ida a Madrid fue este. Cuando tengo previsto irme de viaje y pasar más de dos semanas fuera de casa me llevo conmigo mi cafetera amarilla. No soy fan del café de máquina. Ni soluble. Ni frío. Ni aguado. Menos aún de esos que últimamente se han puesto tanto de moda y se han globalizado hasta el punto de que es casi imposible salir a dar una vuelta y no volver con un café en las manos. Eso sí, súper-largo (de agua) y extra-corto (de café).

No hay nada como el olor a café recién hecho por las mañanas; (y no lo cambiaría por el de máquina aunque sí que me gusta darme un capricho con alguna cápsula especial de Nespresso de vez en cuando). Creo que esto puede ser más por sus propiedad olfativas que por el propio sabor del café. Me trae recuerdos de cuando era pequeña y me despertaba al escuchar a mi madre prepararando el café en la cocina y hablando con mi padre. Esta cafetera amarilla es la prueba de que se puede viajar y sentirse como en casa. Ahora cada vez que la cojo pienso en los lugares a donde me la he llevado y las historias que te podría contar sobre ella.

lunes, 21 de julio de 2014

From London to Madrid

Madrid no se parece en nada a Londres. Ya lo sospechaba pero este finde de pateo por sus calles he terminado de convencerme. Claro que nadie me había comparado estas dos ciudades; lo que ocurre es que Londres es mi único precedente de capital Europea. Y esto es precisamente lo único que tienen en común porque de resto, se parecen los mismo que una castaña se parece a un huevo. Nada.

Para empezar, los edificios son muy diferentes. Los madrileños son lo que se dice castizos, de tejaditos, balcones con persianas antiguas o llenos de flores. Al pasar cerca de algún patio interior o viviendo en él, como es mi caso, se entiende el origen del radio-patio (se oye TODO) y la gente, aún sabiéndolo no baja el volumen, ¿para qué? Si todos nos vamos a enterar igual de que mañana se espera ola de calor y la factura del gas ha subido estrepitosamente.

Ayer mientras caminaba por la calle, un señor se asomó a su balcón y se puso a cantar 'Amore mio' a mí y al barrendero que estaba por allí. Sin duda esto no pasaría en Londres ni después de salir del pub más animado del Covent Garden.

La gente va muy bien vestida, eso sí. Me refiero al nivel: hombres con chaqueta y corbata caminando con 35ºC por la sombra. Olé ellos. En Londres ayudaba que la temperatura no pasara de los 20ºC ni en Agosto y lloviera con bastante frecuencia. Mi duda es, ¿qué medio de transporte es el preferido? Porque en Londres está claro que, ya sea en traje o con chupa de cuero, todos se mueven indudablemente en Underground. Aquí me da la sensación de que la gente prefiere la guagua (el bus), aunque sea por el hecho de ir viendo el paisaje, antes que meterse en los farragosos túneles del metro.


C/Vallehermoso, Madrid

domingo, 20 de julio de 2014

De flor en flor

Madrid tiene lugares mágicos, como la Rosaleda y el Parque del Oeste. Visitas obligadas. Los domingos son días de evasión mental. El mejor marco para eso son las rosas, calles ruidosas y bocadillos de calamares. 



lunes, 14 de julio de 2014

Liada con el sustituto

Pues sí, así estoy desde que ayer mi móvil decidió no encenderse. He tenido que llevarlo a reparar y con gran fortuna, me han dado un móvil de reposición práctico y funcional muy parecido al mío. ¿Esperabas alguna historia más interesante con ese título? Por favor, que estoy estudiando el MIR... ¡jajajaja!

miércoles, 9 de julio de 2014

La super-vivencia independiente

Sí, porque más que vivir lo que hago es sobrevivir. 
Me paso el día en el piso estudiando. Todas mis neuronas están comprometidas en aprender algo. Qué simpática yo, quejándome siempre de que la Medicina es demasiado absorbente. Acabo de darme cuenta de que el MIR ya es el next level: la abducción total hacia otra dimensión. El poco tiempo que tengo, después de estudiar, lo dedico a comer o a pensar qué me hago de comer o a ir al super (a por comida). Pero de momento me apaño bien, creo. Ayer casi entro en arousal pensando que la ensaladilla que tenía preparada podía estar mala porque la nevera me la está jugando y no enfría como debería. Me la comí y recé para no tener que salir corriendo para el hospital. Menos mal que el H. San Carlos me queda a la vuelta de la esquina. En lo que llevo de tiempo, casi 10 días, he comido con una lechuga como base. Nunca creí que pudiera preparar tantos platos con lechuga; estoy explotando mi lado creativo. 


La gente de Madrid me ha sorprendido. Pensé que al ser una ciudad tan grande la gente iría por la calle más metida en su mundo y no se fijaría en los que vamos al lado pero ha sido todo lo contrario. He entablado conversaciones por la calle con gente que no conocía porque, de repente, se me han puesto a hablar. Hoy un chico me llamó guapa porque le dejé pasar delante de mí en la caja del súper porque tenía muchas menos cosas que yo. También hay quien me saluda por la calle sin motivo. No son manías mías, ¡la gente aquí es muy maja

lunes, 7 de julio de 2014

Mis domingos perfectos

Me gusta disfrutar de los placeres más sencillos. Ayer fue mi primer domingo libre de estudio. Tomé el metro hasta Embajadores y estuve andando por las calles llenas de puestos de toda clase de cosas. En un antiguo edificio había un mercadillo de artesanía. Era un gran paseo aunque sin darme cuenta enfilaba hacia el parque. El Retiro es un sitio delicioso y caminar descalza por el césped escuchando la música proveniente de un cercano guitarrista anónimo, una experiencia mágica.

jueves, 3 de julio de 2014

1789.96 Km

Hace dos días que llegué por fin a Madrid, con 3 bultos de equipaje (y otro más en camino) y 35 Kg de peso a mis espaldas. 

Si me preguntas si creo que ha valido la pena te diré que absolutamente. Tener en mis manos las llaves de un piso casi mío es algo único y genial. Ya sé que me dirás que es de alquiler, que no es mi casa y que sólo será temporal. Pero aunque llevo aquí apenas un par de días, puedo asegurar que el piso fue mío y de mi compañera B. desde el momento en que fuimos a comprar nuestro primer juego de sartenes y los cuchillos. Lo de estudiar ya es otra cosa, no lo llevo tan bien. Volver a coger el ritmo (y encima un ritmo tan intenso) después de semanas haciendo el ganso me está costando la vida y milagro. Pero poco a poco, todo empieza a encarrilarse. Después de los dos primeros días locos comprando cacharros de cocina y abasteciendo la nevera empiezan a encauzarse las horas y a organizarse el calendario. 

Ahora a lo que toca, a currar como una campeona...