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martes, 2 de septiembre de 2014

Post-vacacional

Y esa palabra lo resume todo. El volver a empezar, volver a la ciudad, volver a los madrugones. 
No puedo quejarme porque para los pocos días libres que tuve vi bastantes sitios nuevos. Estuve en los Picos de Europa, Potes, Comillas, Santillana del Mar, Santander ciudad e incluso me dio tiempo de hacer una excursión a Bilbao. He remirado un par de hospitales y me he hecho fotos frikis en la facultad de medicina de allí donde iba. Me he divertido, partido de la risa, ido al cine, pisado la playa, casi besado un caracol, corrido por las calles de Santander, visto pingüinos y focas, disfrutado con fuegos artificiales, comido lo más típico y hecho fotos hasta agotar la batería. A lo mejor no eran las vacaciones que había esperado pero sí las que necesitaba. Quién sino la familia sabe darte siempre lo que necesitas. Me ha gustado comprobar cómo características de mi personalidad son rasgos compartidos entre mis familiares. Ahora toca sentarse a la mesa de nuevo (no la mesa de comer), sacar los manuales y abrirlos. Poco a poco. 

Aquí van las fotos prometidas... 

Playa de Liencres, Cantabria

Picos de Europa, Cantabria

Potes, Cantabria

Palacio de la Magdalena y alrededores, Santander

Estatua de Gaudí, El capricho de Gaudí, Comillas, Cantabria



El capricho de Gaudí, Comillas, Cantabria

Museo de la Tortura, Santillana del Mar

Con mi prima y blogger Y.

Playa de Liencres, Cantabria

Hospital Basurto, Bilbao

Museo Guggenheim, Bilbao

De pintxos, Bilbao

Zubizuri, Bilbao


De compras en el centro de Bilbao


sábado, 23 de agosto de 2014

¡Vacaciones!


La academia nos deja una "semana libre", de domingo a domingo. Supuestamente es para que el que tenga cosas atrasadas pueda ponerse al día pero en clase todos contábamos las horas. Ayer fue el último simulacro y éramos la mitad del grupo. Muchos ya habían cogido rumbo. Por fin, ¡días libres! La gente se buscó vuelos, excursiones, tours o, como en mi caso, billetes de guagua. Varios me preguntaron si me volvía para Tenerife. Mi respuesta era: "... Nahh". Tampoco me motivaba en exceso el plan de quedarme en la ciudad. La libertad está ahí para empujarte a salir, a disfrutar y a vivir. Para estos días libres me planifiqué un viaje al norte. Me voy a Santander a visitar a unos familiares, a saborear otra vez el mar salado, ver un sitio compeltamente nuevo para mí y dejar atrás el cosmopolita Callao, el lindo Retiro, los románticos edificios de ladrillos y el maravilloso chirriar de los vagones del metro por un tiempo. Es la primera vez que viajo allí aunque seguramente no será la última. ¡Deséame buen viaje! Los manuales y el libro gordo se quedan aquí esperándome. Tú vas conmigo en el bolsillo pero como no sé si podré sentarme a escribir, te dejo por unos días (libres) con la promesa de fotos chulas el próximo domingo. Ya oigo las olas... 
¡Nos vemos a la vuelta amigos! ¡Sean muy felices!

jueves, 14 de agosto de 2014

Mientras tanto

En el otro piso bien. Nuestro piso temporal estaba en el nº 90 de la c/Mientras-tanto

El lunes pasado aparecieron los obreros y la casera a las 8,30 am, momento en el que terminábamos de recoger y emprendimos la marcha. Nos iban a reformar los 2 cuartos de baño en 5 días, según las previsiones. Mis compañeras de piso B.V. y A. se vinieron conmigo, somos un pack. La agencia misma fue la que nos buscó nueva accommodation, unas cuantas calles más abajo, en nuestro barrio. 

Nuestra casera M. se ofreció a llevarnos en su coche así que pasamos por la oficina a firmar papeles y a recoger las llaves. Luego fuimos al piso. Llegamos sobre las 10,45 am. Nos pasó una de las cosas más graciosas que te pueden pasar al entrar a un piso... ¿no lo adivinas? Pues resultó que entramos por la puerta, casi empujadas por nuestros bolsos, y lo primero que vimos fue a un chico en la cama de la habitación que está junto a la puerta. (¿Hola? ¿no se supone que era un piso para chicas?). Lo más chocante no era eso, sino el hecho de que el chico iba muy escaso de ropa, yo lo vi bastante cómodo como para no vivir ahí. (Oh my God!) Cuando cada una se instaló en su habitación, me dije "¿son manías mías o vi a un tío en la cama?". Era una tontería preguntármelo cuando podía ir directamente a comprobarlo. 


Era real. El tío estaba en la cama como una marmota (a las 11 am, lunes). Me presenté, le dije que éramos las nuevas inquilinas y que veníamos para una semana. Él se revolvió un poco en la cama y, sin incorporarse, me saludó y me dijo que él vivía allí... bueno, había ido "a pasar el fin de semana". Por el olor a colonia de hombre que había por todo el piso no lo juraría, parecía que llevaba un mes vaporizando Axe por todos lados. Su novia, M., la actual inquilina de esa habitación estaba fuera. La conocimos más tarde cuando llegó: resultó que era polaca y sólo hablaba inglés. Parecía una chica normalita. Por la tarde finalmente despidió a su novio y abrimos las ventanas para que la mezcla de olor a recién pintado y Axe no nos asfixiara. 

Después de comer nos dimos cuenta de que la orientación del nuevo piso era distinta al otro. Nos estaba dando el sol de la tarde en pleno. Hacía MUCHO calor. El aire acondicionado que había instalado en el pasillo no tenía ningún efecto. Entre eso y el madrugón decidimos tumbarnos un rato a descansar.

Media hora más tarde me encontraba metida en la cama hecha un ovillo. Si tocaron a la puerta no lo oí; el caso es que en algún momento la chica de la agencia apareció en la puerta de mi cuarto y me desperté de golpe. Sí y yo allí en pijama, metida en la cama con los pelos... ay, en fin, está claro que en el piso ese era habitual encontrar a la gente en la cama. Venía a comprobar que la habitación estuviera en buenas condiciones para poder devolverle la fianza a la anterior inquilina. "¿Te falta algo?" Sí, un café tía... "Mm, eh.. sí, creo que faltan las toallas." Y con las mismas se dio la vuelta y se marchó. No me gustaba ese piso ni las cosas raras que me ocurrían en él. 

Esa misma noche decidimos poner solución a lo del calor y nos acercamos a nuestro piso a por los ventiladores, bien los íbamos a necesitar. M. nos dijo que la anterior inquilina de mi habitación tenía el aire acondicionado encendido día y noche. No quiero pensar en cómo serían las cifras de las facturas.

****
Los días pasaron rápido a medida que dejábamos el manual de Ginecología, el de Inmunología y empezábamos con el de Pediatría. Cosas raras siguieron ocurriendo. 

Un día me levanté pensando que tenía que comprar un estropajo para el piso, porque el que teníamos no me gusta. Mientras me planteaba estas cuestiones vitales a las 8 am, me asomé a la ventana de la cocina que daba a un patio interior. Al mirar hacia abajo vi un estropajo exactamente como lo había imaginado tirado en el suelo. Esa mañana bajé con la excusa de la bolsa de la basura a rescatar mi nuevo estropajo. ¡Tómalo! También me dio la oportunidad de conocer al portero: un chico más o menos de mi edad, con el pelo rubio y los ojos claros que se pasaba el día leyendo a través de unas gafas de Harry Potter un libro lleno de números y fórmulas. Era un poco rarito. 

El piso nuevo tenía sus ventajas: era mucho más nuevo, estaba reformado y totalmente equipado y estaba recién pintado. Por la pinta ya te digo que costaba mucho más que el nuestro, que es mucho más modesto. Pero tenía sus inconvenientes: había mal olor en la cocina y, por consiguiente, en mi cuarto que estaba justo al lado. Esto ocurría por dos razones importantes: el lavavajillas y las bolsas de basura. 

Las chicas no lavaban las tazas y platos después de usarlos sino que los metían en el lavavajillas y ahí se podían quedar días (¿semanas?¿quién sabe?). Llegaba un momento en que no había ni vasos, ni tazas así que tenía que remangarme y haciendo de tripas corazón, ir a rescatar alguna del lavavajillas. Asqueroso. En cuanto al otro asunto, al parecer hay edificios en los que la gente deja las bolsas de basura por fuera de la puerta principal de la vivienda y el portero pasa a recogerlas (no sé con qué frecuencia). Yo estoy acostumbrada a tirar la basura según se llena la bolsa, aunque sea a diario. No soportaba la idea de ir acumulando basura. También muy asqueroso. 

No te creas que las noches eran mucho más normales: despertábamos bañadas en sudor y según me levantaba me iba a la ducha directísima. Las almohadas eran de risa.. eso y dormir en plancha, eran lo mismo. Cuando encontraba la forma de tener el ventilador casi en mi cara y una posición cómoda, abría el bar de abajo (que por fuera tiene un cartel de "Cubatas 3,50") y la gente se ponía de tertulia hasta las tantas. A veces me daban ganas de tirar un cubo de agua para abajo como en las películas, aunque al final lo que hacía era darme la vuelta. Los últimos días de estancia allí ya le había pillado más o menos el truco a todo. Estaba un poco más cómoda y por las noches me ponía una peli en el ordenador y me iba a la cama felizmente. Aún así, echaba de menos mi piso, mi cuarto, mi mundo. 

****
Finalmente llegó el domingo, día de la mudanza. ¡De vuelta a casa! Mis compis hicieron su mudanza cuando pudieron así que el domingo a mediodía sólo quedaba yo en el piso. Habíamos salido la noche antes y había dormido hasta tarde. Era domingo, joer (¡cáspita!)... El caso es que desayuné rápido y mal porque estaba recogiendo todo. Cuando lo tuve me di cuenta de que tendría que dar dos viajes. Lo que hice fue dejarme lo más pesado para el segundo viaje, cogería un taxi entonces. Me encaminé hacia Islas Filipinas con mis cosas a cuestas (a cuestas porque hay que subir una pechadita). El primer viaje fue cansado pero al llegar al piso se me quitó todito. Vi el baño nuevo y eso me dio fuerzas para volver a por lo que me quedaba. ¡Ya me quedaba menos! La segunda vez tenía que pasar por la oficina de la agencia a dejar las llaves y allí pensaba coger el taxi. Para mi diversión, llegado el momento me di cuenta de que la cartera con el dinero, tarjetas y todo, lo había subido en el primer viaje así que a no ser que hiciera auto-stop, tendría que ir a pata. El viaje me costó un triunfo, pensaba que me iba a desmayar. Eran las 2pm y en la calle hacía mucho calor, había desayunado poco y encima cargaba a mis espaldas unos cuantos Kgs. ... Casi me caigo redonda un par de veces. Casi se me salen dos costillas. Casi... Pf, para cuando quería llorar ya había llegado a mi piso. Mi maravilloso y fabuloso piso de Islas Filipinas. Así que solté las cosas y me dejé caer en mi sillón. Una parte de mí quería decir "adiós Mundo" pero otra parte de mí quería ponerse a recoger y limpiar.
¡¡Teníamos baño nuevo!! 
Ganó mi lado neurótico y me puse a limpiar todo lo que pude, a recoger mis cosas y para cuando se hizo de noche ya estaba de nuevo instalada y todas mis cosas estaban otra vez en su sitio. Después, estuve hablando con mi familia por teléfono y contándoles la odisea de la mudanza. Finalmente, salté a la ducha. OH, sí. Me va a costar marcharme de este sitio...


lunes, 4 de agosto de 2014

Entrada al Ministerio de Magia

Sí, tengo una entrada al Ministerio de Magia en mi piso. En Madrid son muy tradicionales. 

Me ha dado pena no sacarle una foto porque en esta semana van a reformar los dos cuartos de baño. Y dirás, ¿cómo van a hacer para vivir en un piso sin baño? Pues no lo vamos a hacer. Haremos una mini-mudanza temporal a otro piso. La agencia nos ha ofrecido uno para las tres (mi compi B.V. y nuestra colega americana A. [por cierto no te he hablado de ella, un día te cuento]) y en nuestra zona, Islas Filipinas, que ya es decir. Sólo será hasta el fin de semana. Los obreros llegaron hoy a las 8,30 de la mañana y empezaron a trabajar de inmediato. Les deseo buena suerte tirando tabiques y cambiando la bañera, jajaja, hay mucho que hacer. Por nuestra parte empaquetamos un poco de todo: de ropa, de comida y de apuntes y emprendimos la marcha con ayuda de nuestra casera M., que es maravillosa. Pronto les contaré cómo fue todo en el nuevo piso, nuestra sorpresa a la llegada y más... 


¡Adiós baños viejos!     

lunes, 28 de julio de 2014

Madrid, paso tras paso

Museo del Traje, Madrid


La mejor manera para descubrir una ciudad es caminando. A mí me encanta. Cuando quiero avanzar un buen trecho viajo en metro y el resto, lo veo en movimiento, con las manos en los bolsillos y todos mis sentidos puestos en marcha. Sobre todo el de la orientación. Me gustan especialmente el verde de los árboles y el azul del mar aunque muchas veces aquí es la dura piedra la que agarra mis pasos. El asfalto no me da miedo; ni cruzar a destiempo. Una vez he trazado mi ruta no miro mucho los mapas. Prefiero ir de aventurera y, si me pierdo, no hacerme la nueva sino fingir que quería llegar exactamente a ese lugar desconocido. De esta manera creo que andando puedo alcanzar cualquier lugar. Ningún sitio es demasiado lejos; ninguna meta, imposible.  

viernes, 25 de julio de 2014

Mi gozo en una cafetera


Un imprescindible en mi maleta de ida a Madrid fue este. Cuando tengo previsto irme de viaje y pasar más de dos semanas fuera de casa me llevo conmigo mi cafetera amarilla. No soy fan del café de máquina. Ni soluble. Ni frío. Ni aguado. Menos aún de esos que últimamente se han puesto tanto de moda y se han globalizado hasta el punto de que es casi imposible salir a dar una vuelta y no volver con un café en las manos. Eso sí, súper-largo (de agua) y extra-corto (de café).

No hay nada como el olor a café recién hecho por las mañanas; (y no lo cambiaría por el de máquina aunque sí que me gusta darme un capricho con alguna cápsula especial de Nespresso de vez en cuando). Creo que esto puede ser más por sus propiedad olfativas que por el propio sabor del café. Me trae recuerdos de cuando era pequeña y me despertaba al escuchar a mi madre prepararando el café en la cocina y hablando con mi padre. Esta cafetera amarilla es la prueba de que se puede viajar y sentirse como en casa. Ahora cada vez que la cojo pienso en los lugares a donde me la he llevado y las historias que te podría contar sobre ella.

lunes, 21 de julio de 2014

From London to Madrid

Madrid no se parece en nada a Londres. Ya lo sospechaba pero este finde de pateo por sus calles he terminado de convencerme. Claro que nadie me había comparado estas dos ciudades; lo que ocurre es que Londres es mi único precedente de capital Europea. Y esto es precisamente lo único que tienen en común porque de resto, se parecen los mismo que una castaña se parece a un huevo. Nada.

Para empezar, los edificios son muy diferentes. Los madrileños son lo que se dice castizos, de tejaditos, balcones con persianas antiguas o llenos de flores. Al pasar cerca de algún patio interior o viviendo en él, como es mi caso, se entiende el origen del radio-patio (se oye TODO) y la gente, aún sabiéndolo no baja el volumen, ¿para qué? Si todos nos vamos a enterar igual de que mañana se espera ola de calor y la factura del gas ha subido estrepitosamente.

Ayer mientras caminaba por la calle, un señor se asomó a su balcón y se puso a cantar 'Amore mio' a mí y al barrendero que estaba por allí. Sin duda esto no pasaría en Londres ni después de salir del pub más animado del Covent Garden.

La gente va muy bien vestida, eso sí. Me refiero al nivel: hombres con chaqueta y corbata caminando con 35ºC por la sombra. Olé ellos. En Londres ayudaba que la temperatura no pasara de los 20ºC ni en Agosto y lloviera con bastante frecuencia. Mi duda es, ¿qué medio de transporte es el preferido? Porque en Londres está claro que, ya sea en traje o con chupa de cuero, todos se mueven indudablemente en Underground. Aquí me da la sensación de que la gente prefiere la guagua (el bus), aunque sea por el hecho de ir viendo el paisaje, antes que meterse en los farragosos túneles del metro.


C/Vallehermoso, Madrid

jueves, 3 de julio de 2014

1789.96 Km

Hace dos días que llegué por fin a Madrid, con 3 bultos de equipaje (y otro más en camino) y 35 Kg de peso a mis espaldas. 

Si me preguntas si creo que ha valido la pena te diré que absolutamente. Tener en mis manos las llaves de un piso casi mío es algo único y genial. Ya sé que me dirás que es de alquiler, que no es mi casa y que sólo será temporal. Pero aunque llevo aquí apenas un par de días, puedo asegurar que el piso fue mío y de mi compañera B. desde el momento en que fuimos a comprar nuestro primer juego de sartenes y los cuchillos. Lo de estudiar ya es otra cosa, no lo llevo tan bien. Volver a coger el ritmo (y encima un ritmo tan intenso) después de semanas haciendo el ganso me está costando la vida y milagro. Pero poco a poco, todo empieza a encarrilarse. Después de los dos primeros días locos comprando cacharros de cocina y abasteciendo la nevera empiezan a encauzarse las horas y a organizarse el calendario. 

Ahora a lo que toca, a currar como una campeona...  

lunes, 9 de junio de 2014

Despedidas

Este mes las despedidas se me amontonan. No pensé que el MIR pudiera marcar tanto un antes y un después. Creo que la gente se está poniendo demasiado mimosa. Pero no he desaprovechado cada oportunidad de decir adiós a mis mejores amigos. No es una separación para siempre, claro. Pero es el abrazo de "ánimo, no te rindas, hablaremos para ver cómo va esto, otros lo han hecho antes, lo conseguiremos, nos volveremos a ver cuando toque celebrarlo, te quiero". Aún quedan 22 días... 

jueves, 5 de junio de 2014

Punto de partida

Todavía no toca ponerse serios pero creo que, ahora que dispongo de algo más de tiempo libre, podría tratar de ponerme al día. El tutor no se cansa de repetirnos que cuanto más trabajemos ahora, más fácil nos resultarán las cosas después. Bueno, no está mal bajo mi punto de vista. La verdad es que no pensé que pudiera tener tantos manuales "subrayados" (ese concepto es un poco abstracto) por estas fechas. Ha sido un curro llevar las cosas casi al día, con tantos trabajos de rotatorio. 

El recuento ahora mismo es el siguiente:
  • Clases pendientes: 5 de 21.
  • Tutorías pendientes: 3.
  • Simulacros pendientes: 2. 

¿Sabes lo que pasa? Que es Junio, hace calor y sigo cansada. Soy un poco desastre... Me consuela saber que mis compañeros de clase me entenderán. 

Ellos sin duda comparten mi idea sobre lo valioso que es este tiempo de descanso para poder coger luego los estudios con fuerza. Cada vez que veo fotos suyas de viaje por Europa, en playas (de arena amarilla, negra o de rocas) o liados con tareas varias como salir de fiesta tres veces por semana me reafirmo un poco más. Tampoco es cuestión de perder completamente el ritmo y el norte. Siempre es bueno mantenerse parcialmente activo, por eso me he propuesto mirarme alguna de las cosillas que se me quedaron atrasadas de este primera fase de contacto con el MIR. Ocurre igual que cuando era pequeña. Al acabar el curso lo primero que pedía a mi madre eran los cuadernillos de Santillana con ejercicios para hacer los días que no iba a la playa. (Soy masoquista, lo sé). Nada he cambiado. No puedo quejarme, este verano tendré algo más de veinticinco cuadernillos y un libro gordísimo.

¡Feliz Jueves!

domingo, 1 de junio de 2014

¡Hola!


Hoy empieza la cuenta atrás... 

Es obvio que todavía no me he mudado a Madrid. Queda exactamente un mes para irme. ¡Tengo ganas! La razón por la que he decidido cambiar de blog ahora es porque estoy segura de que estos últimos días en casa no tendrán desperdicio. Me voy a reír un rato preparando todas las cosas que tengo que llevarme, incluyendo mis 10 Kgs de libros. Bromas aparte, aquí lo encontrarás todo igual entre tú y yo, aunque un poco más desordenado. 

Por lo pronto, tengo piso (que aún no he visto), compañeras de piso (que no conozco), maleta (vieja, pero de una pieza) y tengo vuelo (sólo de ida). Las clases de cocina de mi madre están en su apogeo (sé hacer una paella) y en breve, me pondré con algunas tareas atrasadas (manuales mir sin subrayar) que tengo pendientes. Suena bien por ahora, ¿no? Ya queda menos para remangarse y meterse a faenar. Qué emoción (y estrés, a partes iguales)...

... y ¡¡Bienvenido!!